Elegía a Ramón Sijé

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero:

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

lunes, 10 de marzo de 2014

EL EXAMEN DE LA POLÉMICA

   Ya lo dijo el sabio Quijote: "Más vale non meneallo". Recuerda este episodio de la novela de Cervantes para que conozcas esta referencia de primera mano (¡¡Por el acervo cultural!!). 


   Digo aquesto porque este fue un examen que levantó polémicas, susceptibilidades y vivencias de las que podemos aprender pero de las que no es necesario hablar todo el tiempo: hagámosle caso al Quijote y no lo meneemos innecesariamente.

      "Existe una oficina en el mundo en la que se puede dar el pecho, poner el chupete y cambiar los pañales frente al ordenador. Está en Japón, el país donde el trabajo es más que una religión y en el que se registra una tasa de empleo femenino un 20% por debajo de la masculina. Este oasis único es la sede de la compañía textil Mo-House, que se dedica a fabricar ropa cómoda y trendy que permita a las madres amamantar a sus bebés en sitios publicos sin que apenas se note. Es la única empresa del país donde solo trabajan mujeres con niños pequeños y -¡atención!- a los que se permite acudir con ellos a la oficina. La historia de esta empresa es, cuando menos, curiosa. Todo empezó un día en el que la pintura Yuka Mitshuate viajaba en tren y su hijo pequeño comenzó a llorar sin consuelo. Tuvo que bajarse la camisa para darle de mamar en un país puritano y estricto con las normas de vestuario en público. Así puso en marcha su idea de diseñar ropa discreta para madres en apuros. En ese momento también se dio cuenta de que el 70 por ciento de las japonesas dejan de trabajar cuando tienen su primer hijo porque las jornadas interminables, las pocas ayudas sociales -ni siquiera existen las guarderías públicas- y un sistema fiscal que favorece a las familias en las que solo trabaja uno, se lo impiden. Una realidad que le animó a contratar solo a mujeres preferentemente embarazadas y con hijos pequeños.
   El mundo al revés: los bebés en la oficina en la que las mujeres pueden trabajar con sus hijos en brazos: ¿femenismo o tortura?"

Primer párrafo: resumen del texto.  En este texto se nos describen las singulares características de una oficina japonesa en la que se contratan preferentemente a mujeres embarazadas o con hijos pequeños, con los que pueden asistir al trabajo, al revés de lo que ocurre en el resto de oficinas del país y del mundo occidental en general. Esta oficina ha sido ideada por una empresaria de la misma nacionalidad que, tras una experiencia personal, se propuso mejorar no solo las precarias condiciones laborales de las madres niponas  sino también las de su vida en sociedad, ya que se dedica a diseñar ropa que permita a las mujeres dar de mamar a sus hijos con la discreción y reserva que se exige en un país celoso de la corrección pública en cuanto a la vestimenta. Además de esta descripción, el autor del texto se pregunta si este hecho -poder llevar a los bebés al trabajo- puede considerarse un avance para la mujer o bien  una tortura para los niños.
Segundo párrafo: comenzamos formulando el tema del texto. La invitación a reflexionar sobre las consecuencias de llevar a los bebés al trabajo , tal y como se hace en una oficina concreta de Japón, podría considerarse el tema de este texto.Podemos incluir una reflexión sobre la estructura del texto si, como en este caso, presenta alguna curiosidad digna de hacer mención. En primer lugar, el autor expone en un solo párrafo el funcionamiento de la oficina japonesa y el porqué de su existencia y en un segundo párrafo lanza una pregunta retórica que empuja a la reflexión del lector. No se trata de la típica pregunta  que sirve para evidenciar las ideas del autor, sino que se trata de una pregunta disyuntiva (o una cosa o la otra) que pone claramente en evidencia -mencionamos la que nosotros creemos que es la intencionalidad del autor-la intención del autor de crear un debate en la sociedad -alusión a las características del tema escogido-, un punto de controversia con un tema de actual vigencia en nuestros días, pues igual que interesan los derechos de las mujeres, no es de menor importancia el tema del bienestar de los niños.Alusión al tipo de lectores a los que podría interesar el texto:Por esa razón, creemos que el texto va dirigido sobre todo a personas conocedoras de la actualidad y críticas con ella e interesadas por temas relacionados con la problemática de la mujer trabajadora y con hijos, por lo que podría ser un artículo tomado de una revista de las denominadas "femeninas" por el público que las compra mayoritariamente.Formulamos ahora un tema de interés sobre el que vamos a opinar. Desde luego, el tema del texto a mí también me genera dudas: ¿la solución para los problemas laborales que cualquier madre puede tener es llevar a los niños al trabajo?.
Tercer párrafo: comenzamos a argumentar sobre el tema. Escogemos un conector que sirva para ordenar nuestro discurso. En primer lugar, seguro que muchas madres que se levantan cada mañana para ir a trabajar y tienen que preparar a sus hijos para dejarles al cuidado de alguien o en una guardería, no verían con malos ojos poder llevarlos con ellas al trabajo. Recuerdo unas imágenes de un noticiario en las que se mostraba a una parlamentaria europea amamantando a su bebé mientras asistía y escuchaba la sesión correspondiente. Sin embargo, es evidente que no en todos los trabajos se podría hacer eso: ¿cómo puede una profesora dar clase y atender a su bebé? ¿Y la operaria de una fábrica que tiene que atender, pongamos por ejemplo, a una cadena de montaje? Quizás en algunas labores de oficina con determinadas características físicas -posibilidad de estar sentada y atendiendo a un ordenador o a un teléfono o al  discurso de un colega parlamentario- permitan que una mujer pueda trabajar con su bebé cerca.
   Sin embargo -conector de oposición- los bebés requieren también una dedicación especial, igual o mayor que la que nos piden en cualquier trabajo. No son máquinas programables: lloran si no tienen el bienestar que necesitan: comida, bebida, alimentación, limpieza, silencio, sosiego... Algo que no siempre se encuentra en los centros de trabajo. Muy al contrario, si muchos de los trabajadores y trabajadoras acaban su jornada laboral con tensión, ansiedad, fatiga o agotamiento -lo que damos a llamar hoy en día estrés-, ¿cómo sabemos que eso no le ocurrirá también a nuestro bebé lejos de su entorno "protegido" ? (su cuna, su habitación, su lugar de juego...).
   Mas bien,-sigo oponiéndome a lo dicho anteriormente- yo creo que esta solución ideada por la pintora empresaria de la que nos habla en texto es posible en un país como Japón, o también en China o Corea del Sur, lugares en los que el trabajo, como dice el texto,"es más que una religión". No en vano, todos sabemos que hacer una huelga "a la japonesa" es algo bien distinto a lo que nosotros, desde el principio del capitalismo, entendemos por "huelga". ¿Tenemos que exportar este modo de vida -o de trabajo- a una sociedad como la mediterránea donde se ha inventado el concepto -quizás incomprensible para los nipones- de "il dolce far niente"?
Párrafo final: conector de cierre. Recopilo las ideas que han aparecido desde el principio del texto. En definitiva, si bien podemos aprender mucho de la cultura oriental, yo abogaría porque no nos dejáramos llevar por la fiebre laboral que por esos lares se estila como si una epidemia de carácter endémico se tratara. Luchemos por conseguir permisos de maternidad o de paternidad más amplios, por el derecho de las mujeres embarazadas a conservar su puesto de trabajo...Al fin y al cabo, es una inversión: que los jóvenes tengan facilidades para tener hijos, que estos hijos puedan descansar ahora que pueden. Algún día, su trabajo nos pagará las pensiones.

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario